Superintendencia de Industria y Comercio
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Actualmente las nuevas tecnologías de la información (TIC’s) juegan un papel indispensable en la vida de todo ser humano. Las aplicaciones y plataformas de servicios han revolucionado procesos cotidianos como el transporte, la mensajería y la forma de pedir domicilios.
Aunque pareciera poco relevante esta afirmación, piensen hace 10 años de qué manera se pedían servicios a domicilio… Ahora bien, ya que lo recuerdan, compárenlo con el modelo actual. Distinto ¿verdad?
El mundo cambia y con él la forma en la que las personas se adaptan a su entorno. Constantemente, se están pensando y creando nuevas alternativas para la comodidad de los consumidores. Un claro ejemplo de esto, es una plataforma de domicilios que nace hace tres años como un proyecto estudiantil de la Universidad de los Andes.
Cuatro estudiantes de la Universidad de los Andes comenzaron a repartir comida en la institución por medio de una aplicación o plataforma digital llamada Comida en la U. La idea generó aceptación entre los estudiantes, haciendo que poco a poco creciera y se expandiera: primero en los Andes, luego en la Javeriana, después en la Tadeo.
En la medida en que la plataforma crecía, este grupo de jóvenes se dio cuenta de que hay gran cantidad de personas que necesitan o están buscando trabajo en horarios flexibles. “Para nosotros Comida en la U es una plataforma de trabajo que ha empleado a más de 500 estudiantes en las universidades”, comenta Andrés Felipe Méndez, creador de la marca Comida en la U y Grupo Génesis, en entrevista realizada por el boletín Ruta PI.
En ese orden de ideas, el proyecto –que actualmente tiene una marca registrada-dejó de ser un servicio pensado para repartir domicilios y comenzó a ser una solución a un problema específico.
En junio del año 2016, Comida en la U llevaba funcionando seis meses y había generado casi 350 empleos. Sin embargo, ocurrió un hecho importante que partió la historia de la marca en dos.
(Si le interesa conocer más acerca de la historia de Comida en la U, le puede interesar: https://www.youtube.com/watch?v=FHf8qf3BFt0 )
El hito más importante de Comida en la U está trazado por el hackeo de la plataforma. “Después de pagar en bases de datos y servidores 180 dólares, pasamos a pagar de 400 a 500 dólares, entre otros perjuicios derivados a los temas de hackeo. En conclusión, quebramos”, afirma el joven emprendedor.
Sin embargo, este momento fue el que hizo que la marca se replanteara y reformulara, convirtiéndose en lo que hoy se conoce como Grupo Génesis, el cual se dedica a diferentes iniciativas enfocadas en generar valor social que tienen como target group a las universidades.
Pese a que nunca fue una meta vincular el emprendimiento, la marca y la responsabilidad social empresarial, “el tema de responsabilidad social fue cogiendo un aire distinto, ya que decidimos que no iba a ser un área del grupo empresarial, sino el ADN de la empresa. Por eso nosotros nos diferenciamos del emprendimiento normal y hablamos de emprendimiento social, porque éste surge identificando un problema de una comunidad o de algún nicho e intentamos generar soluciones a nivel de modelo de negocio, a nivel de empresa, que permitan solucionar ese problema, generando un esquema de valor compartido en el cual todas las personas ganen”.
Desde esa perspectiva, nació el grupo Génesis y distintos proyectos derivados de Comida en la U, entre los cuales se encuentran marcas como Delirato, un proyecto que apareció después de la crisis, ya que los socios se dieron cuenta que el promedio del valor de la oferta existente para los estudiantes frente a su poder adquisitivo en la universidad estaba desbalanceado.
“En las universidades el 40% de los estudiantes son personas que utilizan un medio de financiación como Icetex y hay un 10% que cuenta con becas, como SER PILO PAGA. Podríamos decir que ese 10% puede invertir en comida en la universidad hasta 8.000 pesos. El 40% tiene entre 8.000 y 12.000 pesos para comer, pero resulta que el costo promedio de la comida en las universidades es de 13.000 pesos en adelante”
Delirato es una marca que se encuentra en proceso de ser registrada. Ésta surge como la identificación de un proyecto de cocinas diseñadas desde la responsabilidad social empresarial. La idea central es establecer locales en donde se pueda crear y distribuir comida saludable a bajo costo. Frente a este tipo de iniciativas, el grupo de emprendedores ha encontrado en el camino personas que comparten sus ideas, como es el caso de su alianza con Rappi[1], quien además de Comida en la U, distribuye la comida de Delirato.
“Como emprendedores la decisión que tenemos que tomar no es si nace la marca o no, si se registra o no, sino cuándo”
Sin embargo, para estos emprendedores sociales, el registro es sinónimo de fortaleza y estatus. En palabras de Andrés Felipe Méndez “el hecho de tener todo legalizado le da una fuerza, de tal forma que se empiezan a firmar convenios. Se abre el espectro y las relaciones comerciales. Por ejemplo, en la actualidad se está trabajando con empresas como Bancolombia y en lo que lleva registrada la marca se ha trabajado con más de 150 empresas distintas, apoyándonos en temas de creación de campañas y proyectos en los que nos hemos acompañado”.
De igual forma, afirma que la tendencia que él ha podido observar es que las personas, en la actualidad, copian los modelos de negocio. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los modelos de negocio no son objeto de registro a través de mecanismos de propiedad intelectual.
Después de hablar con estos jóvenes y entender la importancia de aplicar la Responsabilidad Social Empresarial en el ADN de las organizaciones, es posible pensar que la esencia de la PI se desarrolla en un marco que, en principio, busca generar soluciones prácticas a todo tipo de problemas sociales.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo los proyectos se transforman y se adecuan a nuevos problemas, soluciones e intereses de sus fundadores. De igual forma, es claro que el emprendimiento simboliza una tarea difícil, pero un ejemplo admirable de cómo las peores adversidades pueden llegar a generar grandes cambios, este es el testimonio de estos jóvenes emprendedores.