La Autoridad de Competencia italiana (AGCM, por sus siglas en italiano) sancionó a Apple y a Samsung por obsolescencia programada de sus dispositivos móviles, esto es, limitar deliberadamente la vida útil de estos equipos con el propósito de alentar a los consumidores a comprar uno nuevo. La multa impuesta asciende a 10 millones de euros en el caso de Apple y a 5 millones de euros en el caso de Samsung.
Luego de dos complejas investigaciones, la autoridad de competencia italiana concluyó que las prácticas comerciales desarrolladas por Apple y Samsung infringieron lo dispuesto en los artículos 20, 21, 22 y 24 del Código del Consumidor Italiano. En efecto, las actualizaciones de los sistemas operativos de los teléfonos móviles causaban importantes disfuncionalidades en los antiguos dispositivos que, en últimas, limitaban o reducían sustancialmente la velocidad operativa de los equipos. Sumado a ello, la AGCM concluyó que Apple infringió, simultáneamente, el artículo 22 del Código del Consumidor debido que hasta diciembre de 2017 no había informado a los consumidores sobre algunas características esenciales de las baterías de litio.
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