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Una integración es una operación mediante la cual una empresa adquiere el control de otra con el objeto de desarrollar actividades conjuntamente.
El régimen de integraciones empresariales tiene como fin evitar que las empresas adquieran, de manera artificiosa, demasiado poder en un mercado a tal punto que lleguen a generar distorsiones en el mismo, y, en consecuencia, afecten el desarrollo de la libre competencia.
Así las cosas, en virtud del control previo que legalmente corresponde ejercer a esta Superintendencia, tienen el deber de informar una operación de integración las empresas que proyecten fusionarse, consolidarse, concentrarse, adquirir el control o integrarse, cualquiera que sea la forma jurídica proyectada, lo cual constituye un mandato de tipo legal para los particulares, quienes deben solicitar el inicio de un procedimiento administrativo con el fin de que esta autoridad se pronuncie para aprobar la integración (de forma simple o con condicionamientos), o para objetarla.
En este sentido, respecto de los requisitos legales del régimen de concentración empresarial, tenemos que en virtud del artículo 9 de la Ley 1340 de 2009, las empresas que intervengan en una integración empresarial están obligadas a informar sobre estas operaciones a la SIC, siempre y cuando cumplan los supuestos subjetivos y objetivos contenidos en la Resolución 10930 de 2015.
Una integración es una operación mediante la cual una empresa adquiere el control de otra con el objeto de desarrollar actividades conjuntamente.