Este año se celebró la quincuagésima séptima serie de reuniones de las Asambleas de los Estados miembros de la OMPI, en Ginebra. Un evento que convoca a 191 países, de los cuales se eligen cuatro o cinco, con el fin de poder mostrar qué caracteriza al país en temas de propiedad intelectual. En el caso de la Asamblea de este año, la mayoría fueron países latinoamericanos dentro de los que se encontraba Colombia.
Al ser parte de tan magno evento, se comenzó con la búsqueda de la mejor estrategia para mostrar el impacto que tiene la propiedad intelectual en un país como Colombia. Gracias al esfuerzo de diversas entidades como Artesanías de Colombia, Procolombia, Colipri, el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Superintendencia de Industria y Comercio, la Dirección Nacional de Derechos de Autor y la Federación Nacional de Cafeteros se desarrolló una estrategia enmarcada en dos objetivos principales:
En el despliegue de esta estrategia se encontraron resultados muy alentadores en cuanto a la reducción de tiempos en trámites; la notoriedad del éxito y respeto en las declaratorias de las denominaciones de origen, ya que se crea cierto sentido de pertenencia de las personas a la hora de consumir este tipo de productos originales de “nuestra tierra”.
De igual forma, se encontraron varios avances en los procesos tecnológicos, como es tener un sistema virtual para tener acceso al registro de la propiedad industrial. Asimismo, se pudo destacar el rol que tiene Colombia en temas de protección del derecho de autor y derechos conexos.
La idea de contar con una oficina externa de la OMPI en un país como Colombia es que algunos de los servicios de esta organización se puedan prestar en el país. Esto ayuda a que se les facilite a otros países el acceso a este tipo de servicios, lo cual optimiza factores de tiempo y economía.
En primera instancia, se debe tener en cuenta que Colombia es un país rico, en todo el sentido de la palabra, por lo que representó un gran reto la elección de aquello que iba a mostrarse en el evento. Así que se le apostó a las artesanías, algunas denominaciones de origen –como el Bocadillo Veleño y el café como marca nacional.
Lo que dio como resultado una experiencia inefable. Desde el diseño hasta la implementación de esta estrategia de comunicación se buscaba que los participantes pudieran vivir y entender las maravillas que hay detrás de Colombia. Con la ayuda de Artesanías de Colombia, Procolombia, Colipri, el Ministerio de Relaciones Exteriores, la SIC y la Federación Nacional de Cafeteros se pudieron realizar actividades enmarcadas en esta búsqueda de una real experiencia colombiana. Dentro de las actividades realizadas, se destacó que el legendario Juan Valdez les sirviera café a los participantes del evento.
En esta misma línea, el martes 3 de octubre de 2017, Ginebra pudo vivir la experiencia del encantamiento de un país marcado por el realismo mágico. Esto fue posible, por medio de un espacio proporcionado por la OMPI, que contaba con catorce módulos que mostraban la explicación de marcas y patentes colombianas, algunos autores como Carlos Vives y Gabriel García Márquez; al igual que cuatro stands para exponer las artesanías que se llevaron -dentro de las que se encontraron el Mopa Mopa, la cestería Guacamaya y el Sombrero Vueltiao-. Finalmente, el recorrido concluía con dos videos acerca de las denominaciones de origen y sobre Colombia.